En nuestra región afecta las líneas 21, 28, 57, 117, 130, 161 y 168. Tras los desmanes en la sede sindical capitalina, se mantiene el paro de colectivos que paralizó el servicio en alrededor de sesenta líneas de la empresa DOTA en la zona metropolitana. Sin embargo los choferes de la línea 60, que han sido un puntal de oposición a la patronal de ese grupo empresario no adhieren y acusaron a, Miguel Bustinduy, moyanista que lidera la oposición al secretario general de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), Roberto Fernández, de ser funcional al grupo que quiere quedarse con el sindicato.
Las imágenes de la sede del sindicato del transporte UTA, con personas entrando por las ventanas del primer piso, arrojando papeles y objetos de la entidad a la vía pública y los enfrentamientos entre barras de la UTA, que conduce Roberto Fernández, y de la agrupación Juan Manuel Palacios, que lidera Miguel Bustinduy, circularon en todas las redacciones para graficar el paro de al menos sesenta líneas de colectivos desde ayer en la zona metropolitana.
En nuestra región aunque hay más líneas del grupo empresario DOTA, bajo ese nombre o de firmas subsidiarias, según varias fuentes informativas el paro afecta las líneas 21, 28, 57, 117, 130, 161 y 168. Pero lo que si llama la atención es que los choferes de la tradicional línea 60 (ex MONSA, también del grupo), archienemigos de la patronal de DOTA, no están entre los que adhirieron al paro y no apoyan los avances de Bustinduy contra el sindicato UTA.
Lo que parece ponerse en tela de juicio, es la motivación del paro y los desmanes, y la base de sustentación del moyanista, Miguel Bustinduy -líder de la Agrupación Juan Manuel Palacios en el Frente Sindical para el Modelo Nacional- que encabezó ayer la toma de la sede del sindicato UTA con desmanes. El portal especializado Infogremiales ofrece una excelente radiografía de Bustinduy (ir: www.infogremiales.com.ar/noticia.php?n=60616).
La comisión interna la de línea 60, por su parte, en un comunicado de prensa acusó a Bustinduy de ser un ariete de la propia empresa DOTA -más allá del paro de choferes de esa línea- para adueñarse del sindicato que actualmente lidera Fernández. La Comisión de la 60, que no tiene pizca de cercanía con el pope de la UTA Fernández, consideró lo sucedido «como el intento de un grupo empresario por apropiarse de nuestra herramienta gremial«.
En el comunicado que lleva por título «Repudiamos la toma de la UTA a manos del grupo DOTA», la comisión de la 60, expresa: «El cuerpo de delegados de los trabajadores de MONSA, Línea 60, manifiesta que no nos sentimos identificados con los hechos que terminaron con la toma de nuestro edificio sindical«; y explicita también que «hemos demostrado, a través de los años, una posición crítica contra la actual conducción de la UTA«.
Para los delegados, paro y desmanes en la UTA «lejos están de los intereses de los trabajadores; se corresponden con el interés del grupo DOTA de expandir su poderío«; asimismo advierten que el grupo «a través de su representación sindical, encarnada en la figura de Miguel Bustinduy, intenta quedarse con nuestro sindicato«, y señalan que Bustinduy » (…) opera hoy bajo los intereses directos del grupo DOTA, liderado por la familia Faija«.
Como síntesis los delegados sostienen que la toma es expresión «de la falta de política obrera» de Fernández y «de los intereses empresarios que intentan controlar bajo su órbita los negocios del transporte y negociar los derechos de los trabajadores«; y se pronuncian: «en contra del desguace, los despidos y por el resguardo de los puestos laborales, la recomposición salarial y la libertad para que elijamos a nuestros representantes sin injerencia de las patronales«.
Los delegados de la 60, como para que no queden dudas de su posición, en lo que se entiende como una reclamo a la conducción de Fernández además reclaman en su comunicación: «Un estatuto libre, sin prescripciones, que garantice la libre participación. Democracia sindical. Plenario general de delegados. Asambleas de bases. Por un transporte público en función de los intereses de usuarios/as y trabajadoras/es«.
Gustavo Camps
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