Personalidades de diversos campos de la sociedad concurrieron a la convocatoria al Congreso Nacional a defender el estado de derecho realizado por un colectivo de referentes sociales entre los que se destacaron el ex juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni; la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el escritor, Mempo Giardinelli; y el profesor, Horacio González, ex director de la Biblioteca Nacional y ex docente de la UBA.
Distintas personalidades de los campos de la política, el conocimiento, los derechos humanos, el arte y la Justicia hicieron un llamado a defender la democracia, con duras críticas al funcionamiento de la Justicia como arma para perseguir opositores y a la vez acusaron al gobierno de presionarla.
El ex juez de la Corte, Raúl Zafaronni; la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; el escritor, Mempo Giardinelli; el profesor, Horacio González, ex director de la Biblioteca Nacional y ex docente de la UBA, encabezaron la convocatoria para “defender el techo democrático común” tal como se leyó en un documento inicial.
Fue en el segundo piso del Congreso de la Nación, en el anexo de Diputados. Primero se leyó el documento, bajo el título, La República Cruje, y luego abrió las alocuciones el juez Zaffaroni, actual miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que advirtió “está avanzando rápidamente el deterioro del estado de derecho”.
Picota
Zaffaroni señaló que estamos en “un punto crucial en el que asoma por el horizonte la figura siniestra del estado de policía en el que todos estamos asustados, con miedo y sometidos a la voluntad omnímoda y arbitraria de los que mandan”, y graficó: “Se ha restablecido la picota para humillar a los condenados”.

Zaffaroni
“La picota es televisiva y los ´condenados´ son personas que no saben si son culpables, y ni siquiera se les ha comunicado de qué se les acusa” graficó y puso de relieve que “todos los jueces sabemos que no se debe exhibir a ningún detenido para escarnio, es una regla” pero advirtió que “ahora parece que ese es el destino de los opositores”.
Zafaroni criticó a la actual Corte Suprema que intentó el 2×1 para criminales de lesa humanidad, o no trata el caso de la presa política jujeña, Milagro Sala, de “sembrar miedo entre los jueces” para que se jubilen antes y así tener oportunidad de nombrar “jueces dóciles; los ´jueces propios´ que reclama el señor presidente de la república”
El reconocido jurista cuestionó el accionar de los jueces que ´se dejan´ presionar y explicó: “la única garantía de imparcialidad del Poder Judicial no son las personas” sino “el pluralismo dentro del Poder Judicial” pero advirtió que la imparcialidad “se acaba cuando hay persecución ideológica”.
También denunció la falta de autonomía que el gobierno le quiere imprimir al Ministerio Público fiscal (renuncia de la Procuradora Alejandra Gils Carbó); y el hecho de que “quiere desbaratar la justicia laboral –el presidente habló de “´mafia´ de juicios laborales” (sic)- se quiere volver a la ley Repetto, que no hizo jurar a los jueces laborales”
“Hay miedo en la sociedad” resumió Zaffaroni –que enumeró otros ámbitos donde lo hay, y el del periodismo también- y destacó “cada vez van quedando menos lugares para decir estas cosas” pero aclaró: “Nadie quiere ver a Macri descalzo, disfrazado y esposado en la televisión. Eso sería el triunfo del no derecho”
Zaffaroni exhortó a que “retomenos la política del habla, aunque nos cierren los espacios públicos” y volvió a aclarar que los convocantes “no defendemos personas o partidos” en cambio “defendemos el espacio para discutir” y concluyó en que “está en peligro el espacio de las democracia plural”.
Atropellos
Carlotto, luego, en idéntica línea, explicó que “tenemos la democracia más larga de nuestra historia y queremos defenderla a ultranza por eso estos atropellos que fueron tan bien señalados por el Dr. Zaffaroni nos preocupan, no nos abaten, porque vemos el regreso de actos similares a tiempos que todavía la historia no ha resuelto”.
“No es que hablemos de dictadura. Se voto y respetamos la Constitución. Pero cuántas cosas nos hacen acordar a esos tiempos cuando escribíamos “Aparición con vida”, y lo hemos tenido que hacer (actualmente) por Santiago Maldonado.” recordó y criticó a la Justicia por conceder prisiones domiciliarias a genocidas.
“Cuarenta años nos enseñaron a luchar en paz, desde el amor y con la paciencia de (tener que soportar) leyes de impunidad y también de jueces corruptos” recordó la Abuela de Plaza de Mayo y puso de relieve que “nos preocupa la juventud de la Argentina, que trabaja, que milita, que combate en paz” tras llamar a unirse a los argentinos.
González denunció que “la palabra república ha sido transformada en flexibilidad laboral” en lo que identificó como la existencia de un verdadero diccionario de agravios. “La palabra “pluralismo” se conjuga ahora con el verbo prisión preventiva” y “Constitución hoy es paralela a una suma de sospechosos peritajes” enumeró.
También reveló que “se sustituyen tramas democráticas por tramas meritorias” y “se reciben órdenes a través de los canales del miedo”. El catedrático caracterizó la situación imperante como “un estado de excepción” donde “el aparato cultural está sometido a una suerte de burla vejatoria por parte de los grandes medios de comunicación”.
“Es preciso que las fuerzas políticas democráticas de las grandes tradiciones argentinas, peronismo, radicalismo, socialismo, comunismo” también “intelectuales, trabajadores de todos los oficios, maestros, científicos” confluyan y “a partir de ahí crecerá la semilla de un gran frente social y político, tenga el nombre que tenga” explicó el intelectual.
Giardinelli sostuvo que “la gigantesca, monumental, presencia e influencia mediática a logrado imponer la antipolítica en la Argentina”. Para el escritor la situación actual “es un tropiezo que requiere conciencia, serenidad, que requiere ser nosotros por verdaderos protectores y garantes de la paz porque estos tipos vienen a generar violencia”.
Giardinelli alertó sobre lo que consideró “una mafia de ejecutivos en el poder, de las corporaciones, de muchas corporaciones” y una “invisibilización de la tierra, el territorio argentino parece que no es de nadie; como la Constitución, parece que no están en la vida cotidiana”; en línea con González llamó a “armar una confluencia (…)”.
También advirtió sobre la violencia que genera el estado de situación actual, la tarea “enorme” por delante para reclamar cambios y propuso que se reforme la Constitución Nacional para que “la salud, la educación y la previsión social son funciones indelegables, irrenunciables, intransferibles e innegociables del estado argentino”.
Alrededor de los cuatro convocantes que asumieron la palabra se vio a innumerables referentes políticos, sindicales y artísticos, de los campos de las ciencias, y fuera del Congreso una multitud los escuchó. Para finalizar, todos los presentes acordaron entonar el Himno Nacional, sin duda, otro símbolo de unión entre los argentinos.
Gustavo Camps
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