El proyecto de ley que propone crear un «Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI» con divisas fugadas al exterior, presentado con la firma de la mayoría del bloque del Frente de Todos, comienza a debatirse hoy miércoles en las comisiones del Senado Nacional. En esta columna Prado explica cómo llegamos a esta instancia y observa que es momento de un hecho político que haga “posible lo imposible” y de “tomar medidas audaces” para no caer en lo de siempre; que unos pocos se benefician a costillas de las mayorías.
Por Juan José Prado*

Somos conscientes de que el país atraviesa una crisis económica, política y social. El debate de cómo “salir de la crisis” se extiende a lo largo y ancho de nuestro territorio. El lastre del Fondo Monetario Internacional, la gran deuda asumida en detrimento de nuestra soberanía, descorrió el velo de los propósitos de un gobierno.
Me refiero al periodo gobernado por Mauricio Macri. Su proyecto no fue otro que someter a la República a los designios de un plan de ordenamiento a las políticas del imperio del norte y sus asociados. Todas las economías del hemisferio latinoamericano debían servir a ese designio, también hay que decirlo.
Esas políticas son las del conservadorismo vernáculo, en alianza con organismos internacionales que pretenden la aplicación de ese plan de sometimiento. Frente a ello se elevan voces de rechazo. Esas voces aspiran a modificar las estructuras económicas que asfixian a los sectores sociales marginados.
Se reclama al Gobierno decisión política. Que genere el hecho político capaz de expresar la voluntad, devoción y sacrificio, para que la transformación se produzca. Con estas cualidades fundamentales podría lograrse ese objetivo.
La consigna
Hemos advertido que en este momento confuso, cuando se suman críticas al gobierno y a la coalición política que gobierna –algunos extremistas hablan de desintegración- por un planteado transitar de desencuentros, surge la iniciativa parlamentaria de la vicepresidenta, Cristina Fernández, para ordenar de inmediato el desorden.
La consigna está contenida en el proyecto de Ley: “(…) quienes se beneficiaron con los recursos del FMI, fugaron divisas de la Argentina y no las declararon –acto profundamente lesivo para los contribuyentes de nuestra nación. Son los que deben hacer el mayor esfuerzo contributivo (…)”.
Por otra parte, el acuerdo con el FMI, se enmarcó en el arte de lo posible. Esta es la interpretación de quien ejerce Poder Ejecutivo. Pero la voz de gran parte del pueblo se encolumna detrás de la consigna de: “paguemos al fondo con la plata de los que se la llevaron”; en la misma línea de lo que plantea el proyecto de ley en estudio.
Esta visión lleva a confrontar con el proyecto de dependencia. El hecho probado de que la deuda fue contraída para satisfacer el reclamo del sistema financiero. Que para ello se vaciaron las arcas de la Republica mediante artilugios financieros ilegales. El propio Fondo Monetario Internacional ha reconocido la fuga de divisas.
Hacer posible lo imposible
Más de 400.000 millones de dólares de evasores argentinos se encuentran en paraísos fiscales, perfectamente identificados. Son más de 400.000 millones fuera del país, que violan la ley. Cristina Fernández entrevistó al embajador de EEUU para tratar de establecer una alianza de cooperación para recuperar esos fondos en el exterior.
La iniciativa legislativa que tiene estado parlamentario y se pone a discusión, mañana miércoles en el Senado, ha producido sorpresa. Constituye una respuesta para desbaratar la política que pretendieron aplicar, con la ayuda del FMI, los tradicionales grupos corporativos del poder real.
Desde ya que se hicieron oír de inmediato contra la iniciativa. Contra la persecución a los evasores. En definitiva, contra la cancelación de la deuda ¿Y con la ley quien será capaz de defender a los autores del delito de evasión; de lavado de dinero; quién defenderá a los delincuentes de guante blanco?
Nos hacemos esa pregunta encolumnados con los que soportan el ajuste de los programas del FMI. Y exhortamos a que nos unamos tras la consigna de recuperar los fondos en manos de quienes evadieron la ley para enriquecerse a costillas de otros. Es el momento de tomar medidas audaces y hacer posible lo imposible.
* Abogado. Ex presidente de la Asociación de Abogados de Buenos Aires. Miembro de la Mesa Directiva de la APDH (Asamblea Permanente por los Derechos Humanos). Gran Maestro de la UBA
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