El secretario general de los municipales de Vicente López, Victorio Pirillo, sostiene que se debe profundizar el debate en el sector laboral; incluso dentro de la CGT. Además advierte que si no se especifica cómo sigue la producción, o no se define cómo queda el salario ante la baja de la jornada; en las paritarias las patronales lo asimilaran a un aumento de sueldo sin más.
“Reducir la jornada laboral, manteniendo los salarios, es una propuesta peligrosa; en una sociedad compuesta mayoritariamente por empresarios paraestatales y tránsfugas inescrupulosos; que jamás contemplan las necesidades reales del trabajador”, disparó el titular del sindicato de municipales de Vicente López, Victorio Pirillo.
El tema de la reducción de la jornada laboral se incorporó a la campaña electoral de estas PASO cuando otro sindicalista, el bancario Sergio Palazzo, precandidato a diputado nacional por el Frente de Todos, consideró que tanto el empleo informal como la reducción de la jornada laboral debían ser temas de debate en el Congreso.
En rigor el tema no es nuevo. Tanto desde el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT-U) como desde el propio Frente de Todos –a través de un proyecto del sindicalista docente Hugo Yasky- se intentó avanzar sin éxito en la reducción –incluso se barajaron 30 y 40 horas semanales en lugar de las 48 usuales- tiempo atras.
Maniobra más que beneficio
Lo novedoso ahora es que desde sectores no patronales, también ponen en tela de juicio la baja de la jornada sin más. Días atrás, por caso, Jorge Altamira, de la Tendencia del PO, también candidato a la cámara baja en estas PASO, por Política Obrera, revelaba que el Banco Mundial también propone bajar la jornada.
Pirillo, que también tomó distancia de la baja de la jornada laboral, es secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López STMVL. Es peronista, no forma parte del oficialismo, se opuso férreamente al macrismo; y se mueve con independencia de criterio, tanto en el ámbito sindical como el político.
Pirillo, además de disparar genéricamente contra los empresarios nacionales y transnacionales; explicó que la reducción de la jornada “abre la puerta para la eliminación de las horas extras, refrigerio/almuerzo” y “también es una trampa pergeñada para congelar en el tiempo” los salarios. Y lo explica blanco sobre negro.
“En el contexto hiperinflacionario característico de la Argentina –señala- si al trabajador le reducen las horas, pero le dejan el mismo sueldo, a la hora de pedir aumento se va a encontrar con la negativa del empleador que le dirá: con menos horas de trabajo y el mismo sueldo ese “aumento salarial” ya fue otorgado”.
Conocedor del paño por oficio, Pirillo sostiene que en cualquier paritaria ese argumento patronal es un hecho. De esta manera la reducción, señala Pirillo, “es más una maniobra para reducir salario, dentro del capitalismo salvaje que intentaron instalar proyectos como los de las dictaduras y el macrismo, que un beneficio”.
Jaque a los convenios colectivos
Pirillo, asimismo, sostiene que avanzar en la baja de la jornada sin especificar al detalle cómo deberá hacer el empleador para mantener la producción, los horarios de atención y administración, y las otras tareas del negocio, servirá para que pueda disponer a su antojo cambios para compensar la nueva situación.
“Se juega al límite del Ius Variandi, la facultad del empleador de alterar cuestiones no esenciales del contrato de trabajo; y esto puede desembocar en un daño moral o material al trabajador; pues se ponen en jaque los convenios colectivos de trabajo, como así también la ley nacional que regula el régimen horario”, señala.
Para Pirillo, antes que la reducción de la jornada, se debe empezar por cumplir lo que ya esta reglado y no se cumple en términos reales. Por caso, señala el derecho del trabajador a participar de las ganancias, controlar la producción y formar parte de la dirección de la empresa; todos ítems que figuran en la Constitución.
El artículo 14 bis
“Deberíamos empezar por la reglamentación y puesta en vigencia del artículo 14 bis de la Constitución Nacional; que dispone el derecho de participación del trabajador en las ganancias de las empresas; acompañado de dos derechos-deberes: el control de la producción y la colaboración en la dirección”, propone el titular del STMVL.
“Si bien toda propuesta merece ser debatida y analizada por las bases y la CGT –señaló el municipal- creo que hay que hacerlo en profundidad para que el tema no quede solamente como una promesa de campaña”. De hecho, desde ámbitos oficiales del gobierno, la baja horaria también se puso en tela de juicio.
Días atrás, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, señaló ante la prensa que “hay que ser cuidadosos con ese tema; porque los países, donde hubo avances en este sentido, son desarrollados y en general han incorporado un esquema de reducción proporcional del salario”.
Para Pirillo, en síntesis: “El trabajador ha dado muestras inequívocas de que puede asesorar; y poner su conocimiento al servicio de la empresa, para que esta sea más redituable, competitiva; y a la hora de los dividendos el salario no quede sujeto a los caprichos y a la mezquindad de la siempre avara y escondedora patronal”.
Gustavo Camps
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